lunes, 5 de octubre de 2009

martes, 24 de marzo de 2009

Gulbenkian

Sin dudarlo: el Museo Calouste Gulbenkian es mi favorito.
Es moderno en su arquitectura, accesible, pequeño en superficie y está lleno de tesoros.
Por decir algo malo: no me gusta la escultura en bronce del Sr. Gulbenkian, pero imagino que eso es lo de menos..


Foto de Wikipedia
Ahora que vuelvo a verla después de un tiempo... No está tan mal.
Visitar la ciudad del Tejo es imprescindible, y después de visitar el Gulbenkian, tosdos los anticuarios de Lisboa se transforman en una tentación, aunque siempre está el mercado de Lladra de los sabados para calmar las ansias de un coleccionista de cosas.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Pilar Citoler


Ayer miércoles, estaba viendo el telediario de la noche. Ahora los telediarios están ordenados de forma amena y variada. Los redactores encadenan las noticias como si las palabras fueran perlas de colores y una perla amarilla de un collar, lleva a otro collar con la misma perla amarilla. Así fue como entremezclaron a Pilar Citoler con otros sucesos y percances económicos internacionales. De la aguda crisis financiera pasaron al esfuerzo coleccionista individual.
La mayor colección privada de arte contemporáneo en manos de una dentista. "Medico estomatologo" apuntilló Pilar. Otro dato traído por casualidad fue su soltería. Parecía decir: "esta dedicación ha sido concienzuda, ni un segundo de vida dedicado a otra cosa: sólo trabajo y devoción por el arte". El reportaje se cerraba con un cinematográfico "the end".
Tanta dedicación merece una presidencia. Esto es así aquí y en Nueva York. Así que hace un tiempo le ofrecieron ser presidenta del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

lunes, 8 de septiembre de 2008

El Gog de GIOVANNI PAPINI

Releyendo este libro de relatos cortos he encontrado la referencia al encuentro de Gog, el protagonista, con Henry Ford. Estamos hablando de un libro publicado en 1931, así que el retrato que Papini hace de "el coleccionista" es un arquetipo de los grandes coleccionistas estadounidenses.
Reproduzco el fragmento en cuestión:

"—No hay que tener miedo —repuso Ford—. Los clien­tes extranjeros pagarán con los objetos producidos por sus padres y que nosotros no podemos fabricar; cuadros, esta­tuas, joyas, tapices, libros y muebles antiguos, reliquias históricas, manuscritos y autógrafos. Todo cosas únicas que no podemos reproducir con nuestras máquinas. En Asia y en Europa existen todavía colecciones privadas y públicas llenas hasta rebosar de estos tesoros que no se pueden imitar, acumulados durante setenta siglos de civi­lización. Entre los europeos y entre los asiáticos aumenta cada día la manía de poseer los aparatos mecánicos más modernos y disminuye, al mismo tiempo, el amor hacia los restos de la vieja cultura. Llegará pronto el momento en que se vean obligados a ceder sus Rembrandt y Rafael, sus Velázquez y Holbein, las biblias de Maguncia y los códices de Hornero, y los joyeles de Cellini y las estatuas de Fidias para obtener de nosotros algunos millones de coches y de motores. Y de este modo, el almacén retrospectivo de la ci­vilización universal deberán venir a buscarlo a los Estados Unidos, con gran ventaja, por otra parte, para las indus­trias del turismo."

lunes, 1 de septiembre de 2008

Pérez Reverte y el coleccionismo

Sorprende encontrar a Don Arturo en los límites del coleccionismo.
Debe ser que, como todo buen -ismo de vanguardia que se precie, el coleccionismo ha de tener un sustento parcial en el mundo de la literatura. (Recuerdos a Dalí)
Un elemento característico de todo movimiento de vanguardia ha de ser la pasión. A Don arturo sí que le encontramos pasión: en las palabras, en su vehemencia también.
Los libros del Sr. Reverte son obras de un gran coleccionista. Colecciones de citas, de datos, de personajes... Y así cuando estos se tornan ficticios coleccionistas, Arturo se torna doble coleccionista, triple coleccionista...
Los encontramos en la tabla de Flandes, en el club Dumas, en el maestro de esgrima...
Habrá que ir encontrándolos poco a poco. Me comprometo desde aquí a mostrarlos.
Me sugiere todo esto la presencia de una idea: La vida como colección de vida, un per se retroalimentado. Coleccionemos vivencias pues.